Orientaciones para afrontar la cuarentena
En una situación de aislamiento y de alarma social como la que estamos viviendo por el covid-19 es normal que, en algunos momentos, sintamos nerviosismo, agitación, pánico, sensación de peligro, dificultad para concentrarse en tareas, para desconectar o para interesarse por otros asuntos, análisis frecuente de las sensaciones corporales para detectar síntomas de enfermedad, dificultad para dormir o para mantener hábitos saludables…
La buena noticia es
que existen unos factores protectores para prevenir y reducir el impacto
psicológico de la situación de confinamiento y/o aislamiento en la que nos
hallamos todos. los profesionales de la salud mental y los colegios oficiales
de psicólogos hacen unas recomendaciones, las cuales se comparten a
continuación:
Identifica pensamientos que puedan estar generándote
malestar.
Pensar constantemente
en la enfermedad puede hacer que aparezcan o se acentúen síntomas que
incrementen tu malestar emocional.
Reconoce tus emociones y acéptalas.
Si es necesario,
compártelas con tus personas más cercanas para encontrar el apoyo que
necesitas. Si te encuentras desbordad@, contáctanos, o busca ayuda de otro
profesional.
Informa a tus seres queridos de forma realista.
En el caso de menores
o personas especialmente vulnerables como ancianos, no les mientas. Ofréceles
información real pero adaptada a su nivel de comprensión.
Evita la sobreinformación y contrasta la que
compartes.
En los medios de
comunicación no se habla de otra cosa. El covid-19 aparece en todos los medios
de comunicación a todas horas. Estar continuamente expuestos a esta información
puede convertirse en un foco de ansiedad.
Es recomendable elegir
un momento del día en el que estar informados y ocupar el resto del tiempo en
otras actividades. Procura elegir fuentes oficiales para tener acceso a la
información y si te llega un bulo no lo difundas. Así, tomaremos conciencia de
la situación que estamos viviendo para poder asumir responsabilidad y
motivación para quedarnos en casa pero sin que esto ocupe el total de nuestros
pensamientos ni nos alarmemos de manera innecesaria.
Afrontamiento positivo y confianza.
Como ya se ha
comentado, es normal tener emociones intensas y pensamientos catastrofistas en
la crisis que estamos viviendo. Será importante identificar qué pensamos y
sentimos, aceptarlo, compartirlo si nos hace falta e intentar, enfocar estos
pensamientos con actitud positiva y confianza. Además, debemos cuidar lo que
decimos y cómo lo decimos, especialmente si tenemos niños en casa. La forma en
la que transmitamos la información va a influir en nuestros pensamientos y, en
consecuencia, en nuestro estado de ánimo.
Saber que estamos haciendo lo correcto. Entender que cada ciudadano tenemos
una responsabilidad grande para resolver la situación, que consiste en
permanecer en casa y no propagar el virus. Además, es importante confiar en que
los profesionales sanitarios están haciendo su trabajo y que las autoridades
del gobierno están tomando medidas para salir de esta situación lo antes
posible. #quédateencasa
No olvidemos que esta
situación también puede ser vista como una oportunidad para disfrutar de lo que
normalmente no hacemos por falta de tiempo, para compartir tiempo con los
nuestros.
Organiza tu rutina.
Es probable que tus
rutinas cambien completamente, que pases más tiempo del habitual solo o
acompañado, con el malestar psicológico que eso puede implicar.
En este sentido,
algunas de las recomendaciones pueden ser las siguientes:
- Haz un horario en el que incluyas ciertas rutinas, no dejes nada a la improvisación ni pases el día entero en el sofá. Asegura tu productividad: estudia, trabaja, haz tareas del hogar. Esta actividad principal estructura el día ya que son muchas las horas que se invierten en esta tarea.
- Mantén los hábitos de cuidado de higiene y alimentación. Dúchate a la hora en la que aproximadamente sueles hacerlo, vístete acorde a la rutina que vas a realizar ese día y procura mantener tus hábitos de alimentación.
- Si vives con más personas, consensua cómo van a repartirse las actividades y los espacios. Es de vital importancia crear y respetar espacios diferenciados y alternar actividades en soledad y en compañía. Podéis dedicar unos minutos al día a hacer una pequeña asamblea en donde decidáis qué vais a hacer ese día.
- Mantente activo. Dedica una parte de tu vida a hacer ejercicio en casa. A día de hoy, contamos con los medios para que la situación de confinamiento y aislamiento no tenga por qué ser un problema para ejercitarnos. Utiliza redes sociales, videos de YouTube o tus propias rutinas. Puedes aprovechar para probar algo que no habías hecho antes: yoga, baile, fitness…
- Cuida tu descanso. No aproveches para dormir todo lo que no duermes habitualmente y procura limitar las horas de sueño a 7 u 9 horas. Te ayudará a permanecer activo el resto del día.
Mantén el contacto social.
El aislamiento físico
no tiene por qué suponer un aislamiento total. Contamos con los medios para
seguir hablando con nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo y
nuestros mayores. Fomentémoslo y, en la medida de lo posible, utilizando la
video-llamada.
Dedica espacios en tu
rutina para hablar con tus seres queridos, para comprobar cómo están, pero sin
alimentar el miedo y la ansiedad. El apoyo social es el mayor factor de
protección con el que contamos.
Ayudaos mutuamente
Es muy positivo poder
conversar entre todos para tomar conciencia de las dificultades que pueden
surgir estos días a nivel psicológico.
En estas
circunstancias más que nunca hay que tener presente que somos un equipo y que
debemos apoyarnos y ayudarnos mutuamente los unos a los otros
También podemos
acceder al documento realizado por el colegio oficial de psicólogos de Madrid,
que se puede acceder en el siguiente enlace.
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